Sintomas del parvovirus en perros
Primeros signos de parvo
La infección por parvovirus canino (CPV), también denominada parvo, es una enfermedad vírica muy contagiosa que afecta a los perros, sobre todo a los cachorros de entre seis semanas y seis meses de edad. El virus adopta dos formas diferentes: intestinal, que se caracteriza por vómitos, diarrea, pérdida de peso y falta de apetito; y cardiaca (menos común), un ataque a menudo mortal a los músculos del corazón de cachorros muy jóvenes.
Existen diversos factores de riesgo de Parvo, pero el virus se transmite más comúnmente por contacto directo con un perro infectado, o indirectamente, por vía fecal-oral. Hay pruebas de que el virus puede vivir en el suelo hasta un año.
Los objetivos del tratamiento de la parvo son mantener a la mascota hidratada, controlar las náuseas y los vómitos, prevenir las infecciones bacterianas secundarias y controlar el dolor abdominal. Es necesaria la hospitalización para poder administrar medicamentos y líquidos mediante inyecciones. A las mascotas con parvo les resulta muy difícil retener la medicación oral, la comida y el agua, por lo que es muy difícil que el tratamiento en casa tenga éxito. Las mascotas pueden estar hospitalizadas hasta 7 días en algunos casos, pero en la mayoría de los casos entre 3 y 5 días. La tasa de supervivencia de los perros hospitalizados por parvo es de aproximadamente el 90%. Las mascotas pueden irse a casa cuando están hidratadas, ya no vomitan y comen de buena gana. Las mascotas con parvo pueden seguir eliminando la enfermedad hasta un mes después de recuperarse, por lo que es importante mantenerlas alejadas de lugares públicos y de otras mascotas durante este tiempo. Deben vacunarse contra el parvo unas 3-4 semanas después de finalizar el tratamiento.
¿Cuáles son las primeras fases de la parvovirosis?
¿Cuáles son los primeros síntomas de la parvovirosis en un perro? Los primeros signos de que su perro puede haber contraído parvo son fiebre, letargo, falta de apetito y anorexia. Estos signos iniciales pueden progresar y dar lugar a vómitos y diarrea en los dos días siguientes a la aparición del primer síntoma.
¿Qué aspecto tiene un perro con parvo?
El vómito puede ser transparente o de color amarillo o marrón, y la diarrea suele contener sangre y tener un tono amarillo claro o mostaza. Además de vomitar con frecuencia, su cachorro también puede babear o echar espuma por la boca como parte de los síntomas de la parvo. La nariz del cachorro también puede empezar a gotear.
Cómo prevenir la parvovirosis
Lo último que quiere oír cualquier propietario de un cachorro o criador de perros es que le diagnostiquen parvo. Por desgracia, el parvo en cachorros es una enfermedad frecuente con consecuencias mortales, por lo que es importante que cualquier persona que trate con cachorros de forma habitual conozca los síntomas del parvo y sepa qué hacer al respecto.
El parvo en cachorros está causado por el parvovirus canino. Este virus es muy contagioso y se propaga por contacto directo con un perro infectado o por contacto indirecto con un objeto contaminado. Tu cachorro se expone al parvovirus cada vez que huele, lame o consume heces infectadas. La transmisión indirecta se produce cuando una persona que ha estado expuesta recientemente a un perro infectado toca a tu cachorro, o cuando éste se encuentra con un objeto contaminado, como un cuenco de comida o agua, collares y correas, y las manos y la ropa de personas que manipulan perros infectados. Por eso es tan importante utilizar un desinfectante de parvo.
El Manual Veterinario Merck clasifica el virus como una enfermedad del estómago y el intestino delgado, ya que es aquí donde el virus hace el mayor daño. El virus prefiere infectar el intestino delgado, donde destruye células, dificulta la absorción y altera la barrera intestinal. El parvo en cachorros también afecta a la médula ósea y los tejidos linfopoyéticos, y en algunos casos también puede afectar al corazón.
Parvo en perros adultos
El parvovirus canino (CPV) es una enfermedad vírica muy contagiosa de los perros que suele causar enfermedades gastrointestinales agudas en los cachorros. La enfermedad afecta sobre todo a cachorros de entre seis y 20 semanas de edad, pero a veces también afecta a animales de más edad. Una variante poco frecuente de la enfermedad que puede observarse en cachorros muy jóvenes (neonatos) es la miocarditis (inflamación del músculo cardiaco).
El virus que causa la enfermedad conocida como "parvo", el parvovirus canino de tipo 2 (CPV), apareció por primera vez entre los perros en Europa alrededor de 1976. En 1978 el virus se había propagado sin control, causando una epidemia mundial de miocarditis e inflamación intestinal (gastroenteritis). Ahora sabemos que el virus no se limita a los perros, sino que es capaz de causar infecciones en caninos salvajes, como coyotes y lobos, y en otros animales salvajes, como zorros, mapaches y mofetas. El CPV está estrechamente relacionado con el virus de la panleucopenia felina (FPV), un virus conocido desde los años veinte por infectar a gatos y visones, entre otros animales. El CPV surgió probablemente como resultado de 2 ó 3 mutaciones genéticas en el FPV que le permitieron ampliar su gama de huéspedes para infectar a los perros.
Signos de parvo en perros adultos
Si has tenido un cachorro antes o estás pensando en tener uno en el futuro, probablemente hayas oído hablar y te hayan advertido sobre el parvo. Se habla mucho del parvo y, aunque hayas oído hablar de él, quizá te preguntes cuáles son los síntomas del parvo en perros y cómo se puede tratar.
Aunque el parvo puede ser una enfermedad potencialmente mortal, conocer las estrategias de prevención, los signos y los síntomas es clave para asegurarse de que su cachorro permanezca sano y salvo. Los síntomas y signos comunes de que su perro puede estar sufriendo parvovirus pueden incluir diarrea, letargo, anorexia, fiebre, vómitos, depresión, deshidratación y, si no se trata, puede provocar un shock séptico y la muerte.
El parvovirus canino es un virus relativamente nuevo en los perros, y algunos de los primeros casos y debates sobre la enfermedad se remontan a la década de 1970. El virus puede encontrarse prácticamente en cualquier entorno, viviendo en la tierra hasta un año, pero antes de que cunda el pánico, hay otras causas que pueden hacer que un cachorro contraiga el virus, como el sistema inmunitario de su mascota.